Un safari más allá de Yangana


a en páginas anteriores explicaba o trato más bien de aplicarme un pensamiento lógico, para haber ido a parar por esos confines remotísimos.

La ignorancia, la necesidad, el probarse uno mismo que sí sirve para algo, podría hasta cierto punto justificarlo pero… ni así !!!

Bien, ya estoy en funciones tratando de hacer lo mejor que pueda, desde la metamorfosis de residente en Psiquiatría en el hospital "San Lázaro" de Quito, a Médico de Sanidad Militar en "Zumba", pensaba que mis modestos conocimientos de medicina general iba a aplicarlos en mi actividad castrense ???

Una incógnita que en su momento se resolvería, procurando conciliar lo civil de mi antecedente con lo militar del presente... y el futuro?

Cuando se ubica uno, mejor dicho cuando le ubican a uno contra su voluntad o, con voluntad como en mi caso y se va a parar allaaaá........... en un agreste paisaje como el que he descrito, hasta la saciedad en páginas anteriores, un sobrecogimiento general me invadió siempre, mientras viví en esa tierra suroriental y la necesidad de que vuele el tiempo para poder salir de ahí y retornar a mis lares queridos, se volvió un imperativo que me mantuvo siempre alerta y esperanzado.

La separación de mi esposa Rosita, me golpeó una barbaridad, piense el lector que en plena luna de miel, tuvimos que alejarnos y someternos al hecho de comunicarnos solo epistolarmente y a través de la radio y la vía telegráfica que -menos mal- funcionaba perfectamente en esos tiempos.

Cuantas cosas nos dijimos a través de las líneas del éter y cuántas no alcanzamos a decirnos, esperando nada más el transcurrir del tiempo para volver a reunirnos.

Nuestro amor fluía en el curso de esos sistemas diciéndonos tantas cosas al parecer baladíes para los profanos, pero que en el contexto que animaba y alimentaba nuestro amor tenía valor substancial y fundamental.

Ese amor precisamente, una vez ya aclimatado en Zumba, hizo que desafiara la dureza de la naturaleza y venciera todos los obstáculos para aventurarme a solicitar en el momento que se juzgó oportuno, la autorización de rigor previo y estricto órgano regular, para viajar a Quito y reunirme con mi linda esposa.